La motivación para escribir esta pagina viene de muchos años de viajes por todo México. Viajes que tuvieron como meta principal la exploración de aspectos de la historia natural del país. La mayor parte de la exploración se centró en las plantas suculentas por las que México es muy conocido. México tiene la mayor diversidad de cactáceas de cualquier país y también tiene la mayor diversidad de Agaves, Yucca y muchas suculentas en la familia Crassulaceae. Gran parte de esta diversidad está relacionada con la diversidad topográfica y las variaciones climáticas asociadas que han contribuido a la evolución de muchas plantas que tienen una distribución limitada.
La comunidad botánica en México está relativamente bien desarrollada en las universidades y en algunas ramas del gobierno mexicano. Probablemente hay plantas suculentas en la mayoría de las casas, jardines o balcones en México. Sin embargo, basándonos en nuestras observaciones, no existe una comprensión ni apreciación generalizada de los cactus y otras suculentas, sus entornos y muchos de los problemas asociados con la conservación de la naturaleza. Podríamos estar equivocados, pero describiremos en esta página por qué creemos que ésta es la situación. Luego sugerimos una estrategia para poder informar/educar rápidamente a la mayor cantidad de Mexicanos sobre estos temas.
El problema de la educación ambiental en muchos países es que está restringida a escuelas, universidades u organizaciones gubernamentales. Gran parte del público adulto no participa en actividades que fomentan el aprecio por la naturaleza. Y el objetivo de alcanzar las metas globales de tener un cierto porcentaje de la superficie terrestre de un país “en estado de protección” a menudo se cumple con grandes parques que se encuentran en partes remotas o inaccesibles del país. O a veces puede haber áreas protegidas/parques nacionales cerca de centros urbanos pero estos no tienen infraestructura y son prácticamente inaccesibles. Si bien la protección de grandes extensiones de tierra en parques nacionales o reservas de la biosfera es un aspecto esencial de la protección de la biodiversidad global, esto no es suficiente para motivar a las personas a desarrollar un interés en la naturaleza. Poder llegar a un punto donde una gran cantidad de la población entiende y aprecia la naturaleza debería de ser una meta que tienen todos los países- especialmente aquellos donde la mayoría de los habitantes viven en centros urbanos densamente poblados y con muy poco acceso a zonas naturales.
Hace algunos años di una plática en Bolivia sobre lo que pensaba eran algunos de los principales problemas ambientales que enfrenta la sociedad en general. Sospecho que me invitaron a hablar sobre el cambio climático ya que era / soy un investigador del clima. Pero eso no es de lo que hablé. Mi charla está aquí. Asegúrese de leer los comentarios asociados con las diapositivas. Aunque di la charla en español, el texto está principalmente en inglés. Espero que los lectores puedan entenderlo. En mi charla también mencioné la necesidad de tener más actividades de ecoturismo, no dirigidas a turistas extranjeros sino a turistas nacionales. Un público sin acceso a la naturaleza a través de viajes o excursiones educacionales no verá la necesidad de intensificar la protección a la naturaleza y de incrementar las áreas naturales protegidas en su país. Esto es especialmente cierto en países en vías de desarrollo.
La idea que describo a continuación fue redactada hace muchos años para un posible artículo en la revista de la Sociedad Americana de Cactus y Succulentas (CSSA). Sin embargo, nunca lo terminé y tampoco estaba seguro de si alguna vez sería factible publicarlo en esa revista. La proliferación de páginas de Facebook como la de Cactáceas de México en Hábitat me han motivado a volver a intentar presentar esta idea. La intención es poder diseminar este concepto a través de las redes sociales, con la esperanza de que alguien en México pueda empezar a promover estas ideas.
La “idea”
La idea aquí es establecer, a lo largo de las principales carreteras mexicanas, una red de pequeñas áreas protegidas que muestren aspectos claves de la flora mexicana. Estos lugares serían pequeños, idealmente cercados o claramente demarcados, y con instalaciones para motivar a los viajeros a detenerse. Estas instalaciones incluirían baños limpios, un lugar para comer, tal vez un pequeño restaurante y posiblemente una zona de campamento u tal vez un pequeño hotel o albergue para pasar la noche. Probablemente las instalaciones más importantes en estas reservas serían el centro educativo y los senderos con letreros interpretativos a través del terreno natural. Los senderos bien mantenidos y el centro educativo serían claves para empezar a educar y a promover la conservación de la naturaleza entre los visitantes de estas reservas.
Las áreas propuestas serían pequeñas, pero no tan pequeñas como para correr el riesgo de verse rodeadas por un desarrollo indeseable en unos pocos años, como ha ocurrido comúnmente en sitios en la periferia de las principales ciudades. La seguridad sería importante, tanto para el público visitante como para las plantas, por lo que la distancia desde las carreteras a la reserva sería corta, pero lo suficientemente lejos como para tener poco ruido de tráfico. El acceso tendría que ser solo de día (excepto para los huéspedes que se alojen allí), y parte del personal necesitaría vivir en el lugar para proveer una seguridad pasiva adicional contra la posible caza furtiva de plantas. A parte del personal para el restaurante, limpieza etc también sería bueno tener un guia que pueda dar tours cortos sin costo a los visitantes que estén interesados.
¿Por qué reservas pequeñas y no grandes? México ya tiene muchas “áreas protegidas” grandes. Sin embargo, la mayoría de estas reservas son grandes en área pero deficientes en “infraestructura”. Hay pocos senderos bien establecidos con letreros informativos/educacionales, pocos centros de visitantes con material de historia natural y pocas guías de viaje específicas a las reservas. A menudo, solo hay sitios web limitados que describen los aspectos naturales de las reservas. Y quizás lo más grave de todo es que estas reservas o parques se encuentran a menudo en lugares remotos lejos de donde pasa el público viajero. Esta es la situación de las áreas “protegidas” en muchos países. Como resultado, la cantidad de visitantes es baja y por ende la mayoría de la población no recibe información/educación sobre la naturaleza de su país.

La mayoría de los paisajes mexicanos, incluso en áreas desérticas, muestran evidencia de pastoreo de ganado (por ejemplo, rastros de animales, estiércol y moscas asociadas). Esto también es cierto en muchos parques protegidos (vea el letrero a continuación). Nuestra sugerencia es que cualquier reserva natural de área pequeña tenga una tolerancia cero para el ganado, las cabras o cualquier otra actividad humana. This is currently impossible since most land ownership in such areas remains with the original owners – unless it is purchased from the community that owns it.


Aunque obtener el terreno para las reservas educativas podría ser complicado, el terreno requerido sería muy pequeño en comparación con la mayoría de los Parques Nacionales u otras reservas mexicanas. No se necesitarían más que varios kilómetros cuadrados para cada reserva y esto podría ser incluso menos. El objetivo de las reservas no sería proteger especies ni hábitats en peligro de extinción, sino más bien educar al público. Si solo un pequeño porcentaje de los viajeros en la carretera se detuvieran y se interesaran en proteger las suculentas y sus hábitats, esto sería un gran impacto educativo / ambiental.
Si se pudieran conectar suficientes reservas a lo largo de carreteras claves (por ejemplo, la carretera 57), podrían convertirse en una atracción turística en sí mismas, y cada reserva proporcionaría diferentes senderos y entornos que resaltan la flora del norte de México. Por supuesto, además de la flora, se destacarían algunas de las aves, reptiles y otras características más comunes de las reservas. Información sobre los problemas y amenazas ambientales serían un componente de las reservas. Especialmente importante es la protección de la geodiversidad y los paisajes que no pueden recuperarse en menos de cientos de años si son perturbados. Vea la imagen a continuación para ver un ejemplo.



Paisaje perturbado en el Parque Nacional Big Bend en el suroeste de Texas. La obvia vegetación de bandas aparentemente se sembró antes de que el parque se estableciera en 1946. La imagen de la izquierda es de 1991, la de la derecha es de 2017. El patrón de bandas solo ha disminuido ligeramente en los 28 años entre las imágenes. La escena tiene aproximadamente 3 km de ancho.
Nuestra motivación para sugerir reservas educativas proviene de la dificultad que tuvimos durante nuestros años de viajes a México. Dificultad de encontrar lugares adecuados para explorar la flora mientras viajábamos por el norte de México. Fue difícil encontrar lugares seguros para parar en muchas carreteras mexicanas y, cuando fue posible hacerlo, a menudo estos lugares eran utilizados por los viajeros para ir al baño. La falta de baños en muchos caminos y carreteras obliga a las personas a parar donde puedan cuando hay urgencia. Dado que las carreteras están diseñadas para el desarrollo económico en lugar de la apreciación del paisaje, flora y fauna, las paradas de descanso y las paradas escénicas son raras. Las autopistas son especialmente malas para esto, ya que están cercadas y las salidas son pocas. Como resultado, uno puede conducir toda la red de carreteras mexicanas sin desarrollar una apreciación de la flora del país, especialmente aquellas especies que son pequeñas (por ejemplo, Mammillaria, Turbinocarpus, Astrophytum, etc.) y no se puede ver ni apreciar si conducimos a las velocidades de autopista. La mayoría de los viajeros no se detienen en el campo (a menos que vayan al baño). En parte, esto se debe a que no saben lo que hay allí.
He reunido un pequeño archivo kmz para Google Earth (descargue el archivo, luego ábralo en Google Earth) que muestra algunas ubicaciones posibles para senderos naturales y paradas a lo largo de la Carretera Principal 57 y en la carretera a Zacatecas desde Saltillo. La mayoría de los sitios están cerca de las carreteras que van a las estaciones de microondas. Estos no son los mejores sitios, están cerca de las carreteras y no serían ideales para acampar y se escucharía algo de ruido de la carretera. Los mejores sitios estarían al menos a 5 km de las carreteras, pero requerirían desvíos más largos para el público que viaja y caminos de acceso que podrían requerir mantenimiento rutinario. Los lectores de esta página sin duda tendrán mejores sugerencias para posibles sitios. La idea aquí es simplemente comenzar la discusión. El objetivo es desarrollar una red de reservas ecoturísticas que eduquen al público y brinden alternativas al turismo de masas por el que México es conocido (al menos a nivel internacional).
Los cactófilos y los individuos orientados a la conservación, aquellos que conocen la caza furtiva de suculentas raras, pueden desconfiar de esta propuesta. El robo de plantas es difícil de controlar, y si se le muestra a la gente lo que hay, será más fácil para ellos encontrar esas plantas y desenterrarlas. La principal respuesta a esta preocupación es que el beneficio de educar al público superará la posible pérdida de plantas. En cualquier caso, la pérdida de hábitat debido a la agricultura, la ganadería y el desarrollo urbano superará con creces las pérdidas por la caza furtiva de plantas. A pesar de esto, nuestra sugerencia es que tales reservas y senderos naturales no pasen cerca de ubicaciones de suculentas raras. (Pueden estar presentes en las reservas, pero dichas plantas solo pueden ser visitadas con una guía de la reserva y solo para especialistas o educadores.) El objetivo de las reservas es mostrar las plantas más comunes de cada región y generar un mayor interés en el tema de la historia natural y la conservación del medio ambiente. A menudo las especies más comunes suelen ser poco apreciadas por el público (en cualquier país).
He reunido algunas imágenes de varios viajes por México para mostrar algunos de los “problemas” asociados con la exploración para ver plantas a lo largo de las carreteras mexicanas. He puesto texto abajo de cada imagen para que el contenido sea más claro.



























